martes, 2 de enero de 2007

¡Con las manos en la webcam!


Érase una vez un ladrón despistado que entró en la casa de un empresario muy rico. Lo que nuestro querido ladrón no sabía es que el ricachón había colocado webcams por toda la casa y que estaba siendo vigilado.

Cuando la policía llegó el ladrón se estaba probando la ropa de su "víctima".


Moraleja: No robarás, y si lo haces, asegúrate de que no hay webcams por favor!!

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